Cultura

El coaching tiene que ver con la inteligencia emocional

Versiones diferentes de inteligencia emocional

Hay muchas versiones diferentes de inteligencia emocional, junto con diferentes definiciones y atributos. En definitiva, la inteligencia emocional es una combinación de autoconocimiento y autorregulación que incide en la motivación, las habilidades sociales y la empatía.

Cuando se trata de coaching, la inteligencia emocional es fundamental. Cuando ambas partes tienen un alto grado de autoconciencia y autorregulación, la comunicación fluye sin problemas, lo que permite que el coaching se facilite con éxito. Por otro lado, la baja inteligencia emocional puede servir como un inhibidor para quienes reciben coaching si carecen de autoconciencia o son muy resistentes y disruptivos.

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El propósito de este artículo es proporcionar un marco de cómo se puede desarrollar y utilizar la inteligencia emocional para mejorar el coaching y las conversaciones de coaching.

Inteligencia emocional y autoconciencia

Primero, es imperativo que entendamos una cosa fundamental cuando entrenamos a la gente. Hay un receptor (la persona que recibe el entrenamiento) y un donante (el entrenador). Ambas partes en una relación de coaching juegan un papel importante, y el desarrollo de la inteligencia emocional puede ser útil para ambas partes.

En primer lugar, el entrenador que demuestre un alto grado de inteligencia emocional será muy bien recibido. En segundo lugar, es más probable que la persona que recibe el coaching desarrolle inteligencia emocional y mejore su desempeño y su comportamiento.

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La inteligencia emocional comienza con la autoconciencia. Muy pocas personas entran a la oficina del jefe y dicen que son resistentes o adversas al cambio o que son malos compañeros de equipo. Es posible que lo sepan en el fondo, pero eso aún no está en su conciencia. El trabajo número uno en el coaching es ayudarlos a crear conciencia para que, en última instancia, puedan tomar medidas.

A menudo, los gerentes darán retroalimentación. Y a menudo, esa retroalimentación parece caer en oídos sordos por una razón fundamental: la persona que está siendo entrenada no se ha mirado completamente en el espejo.

inteligencia emocional

Inteligencia emocional y autorregulación

La segunda área de la inteligencia emocional suele servir como barrera, y es la autorregulación. La autorregulación es la capacidad de controlar y gestionar impulsos y estados de ánimo disruptivos; es la capacidad de suspender el juicio y pensar antes de actuar.

Si los gerentes y entrenadores exigen que alguien cambie sin facilitar primero la autoconciencia, y si combina esto con su tendencia a desregular (por ejemplo, estar a la defensiva o ser disruptivo), cualquier tipo de desarrollo puede pasar por alto.

No hay un orden de pasos para ayudar a los clientes o empleados a desarrollar la inteligencia emocional, pero recomendaría ayudarlos primero a desarrollar la autoconciencia mientras se les entrena para la autorregulación.

Aquí hay algunos consejos rápidos para comenzar:

Use el entrenamiento por observación: haga que la persona que recibe el entrenamiento observe a alguien que demuestre la habilidad o el comportamiento deseado. Pídales que registren sus observaciones. Esto crea conciencia fuera de las sesiones de entrenamiento.
Discusiones suaves de 360°: Facilite que los empleados hablen entre ellos, haciendo preguntas suaves como «¿Dónde cree que tengo una oportunidad de participar más como compañero de equipo?» y «¿Cuáles son las dos formas en que podría sugerir que me inserte más como un compañero de equipo cooperativo?» La clave es tener las preguntas escritas con reglas para responder para que no se vuelvan negativas.
Lea y reflexione: una de las cosas más poderosas que puede hacer es encontrar material motivador y hacer que la gente lo lea y responda preguntas perspicaces como «¿Qué aprendiste sobre ti mismo y te comprometes a mejorar?»
Si tienes a alguien con una actitud negativa, por ejemplo, la tendencia es querer arreglarlo. Después de todo, se interpone en el camino de muchos otros objetivos. No podemos simplemente decirle a esta persona que se deshaga de su actitud negativa. ¡Si fuera tan fácil! La clave es replantear las actitudes con preguntas autorrealizadas como «¿Qué harás para [llenar el espacio en blanco] con éxito?»

Veamos algunos otros ejemplos donde está claro que ambas partes carecen de inteligencia emocional. Digamos que tenemos un gerente agresivo que no es muy empático y maneja a través de directivas y sin mucha conversación. El empleado con el que trabaja el gerente se resiste y no es consciente de su propia resistencia.

Básicamente, esto es como dos barcos que pasan en la oscuridad. Tenemos un gerente enfocado en los problemas y tenemos un empleado que carece de autoconciencia. ¿Cómo se darían cuenta alguna vez de lo que necesitan hacer personalmente para alcanzar mejores resultados?

La clave es empezar a entender quiénes somos.

Si es un entrenador o líder, tómese el tiempo para hacer preguntas no solo sobre usted mismo, sino también sobre las personas a las que está entrenando. Inspire la reflexión en aquellos con los que trabaja haciendo preguntas y facilitando un entorno abierto. Esto creará un espacio que conducirá a una mayor inteligencia emocional y mejores conversaciones de coaching en el lugar de trabajo.

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