El Gobierno de España prepara unas pautas sobre ‘cómo no ser machista’ en el ámbito laboral
El Ministerio de Igualdad de ESPAÑA está preparando directrices oficiales sobre cómo comportarse adecuadamente con los compañeros de trabajo en un intento por hacer frente a la cultura de oficina tradicionalmente machista de España.
Las recomendaciones bajo consideración prohibirán las bromas o comentarios sobre apariencias sexuales, contacto físico no deseado y coqueteo inapropiado.
Viene después de un informe que muestra que el 40% de las mujeres en España dicen haber sufrido acoso sexual y una de cada cinco mujeres lo experimenta en el lugar de trabajo.
Las directrices fueron anunciadas por la ministra de Igualdad, Irene Montero, quien dijo que fueron preparadas bajo consulta con el Instituto de la Mujer de España para promover una «tolerancia cero» al acoso sexual en el lugar de trabajo.
El protocolo está diseñado para servir como modelo para empresas con más de 50 empleados y describe comportamientos no aceptables y un plan de acción para detectar, investigar y sancionar a los infractores.
Las insinuaciones o proposiciones, el coqueteo inapropiado, los comentarios sugerentes, indirectos u obscenos, el contacto no deseado o las interacciones en las redes sociales y las bromas o comentarios sobre la apariencia sexual son ejemplos de comportamiento clasificado como «conducta verbal punible».
Mientras que compartir fotos sexualmente sugerentes o explícitas, así como ‘miradas o gestos vulgares’ son ejemplos de «acciones no verbales».
También están prohibidos los correos electrónicos o mensajes en las redes sociales que sean de «naturaleza ofensiva» y que contengan «contenido sexual claro».
También hay reglas contra el contacto no consentido, los “abrazos o besos no deseados” o la “cercanía física excesiva”.
Según un informe elaborado por el Instituto de la Mujer de España, las bromas sexistas son la forma de acoso más frecuente (83,1%), “piropos y comentarios sexuales” (74,8%), “gestos o miradas sugestivas” (73,3%), “contacto físico ” (67,0%) e invitaciones sexuales (30,9%).
La empresa debe tener un medio para informar los incidentes de manera confidencial, lo que luego debe desencadenar una investigación interna.
El protocolo recomienda que la empresa cree un comité de personal directivo y trabajadores que puedan tomar declaración a la víctima, presunto agresor y posibles testigos y decidir si se ha producido acoso.
Si esto ha sucedido, el acosador enfrentaría un castigo dependiendo de la gravedad del incidente, que varía desde el despido o ‘transferencia de puesto’ hasta una ‘disculpa formal’ si la víctima está de acuerdo.
La investigación también debe apoyar a cualquiera de las partes a acudir a los tribunales, ya sea por haber ocurrido un delito penal o porque uno de ellos está en contra de la resolución propuesta por el comité.
El protocolo también subraya que el problema debe resolverse dentro de las 3 a 4 semanas posteriores a la presentación para crear un entorno en el que las mujeres se sientan escuchadas.
La rapidez es fundamental para abordar este tipo de denuncias en el lugar de trabajo, según un estudio de CCOO patrocinado por el Ministerio: el 72% de las mujeres que han sufrido acoso laboral admiten no denunciarlo a los empleadores por miedo al castigo o al estigma social.
La propuesta ha sido calificada de ‘absurda’ por el partido de extrema derecha Vox, cuyo portavoz Iván Espinosa de los Monteros la calificó de más severa que los ‘más estrictos catecismos’ y tan ‘lejos de los problemas reales de los españoles’ que era casi ‘ cómico’.
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