En imágenes: vea la extraordinaria catedral en ruinas de España construida en su totalidad por un hombre

JUSTO Gallego Martínez, un exmonje que pasó los últimos seis años de su vida dedicado a construir una catedral con chatarra en un pueblo de las afueras de Madrid, murió a finales de noviembre a la edad de 96 años.
Sin embargo, el trabajo de su vida sigue sin terminar, levantando una visión imponente en la humilde ciudad satélite de Mejorada del Campo, construyendo piezas recuperadas en un complejo de catedrales que incluye una catedral enorme, una cripta, múltiples torres y claustros.
Fragmentos de vidrieras se convierten en vidrieras, y mosaicos de azulejos rotos rescatados del sitio de construcción adornan la escalera llena de baches que se eleva sobre el esqueleto de conexión sobre el altar, aún abierto al cielo.
Columnas hechas de barriles de petróleo y neumáticos desgastados sostienen los claustros sin terminar, las paredes están pintadas con frescos que representan escenas religiosas como la Última Cena, y bustos deformados de discípulos miran inquietantemente desde los pedestales del sótano.
Algunos la han comparado con otra de las catedrales inacabadas más famosas de España, la Sagrada Familia de Gaudí en Barcelona, y de hecho, la catedral de Justo se encuentra coincidentemente en una calle llamada Avenida Antoni Gaudí.
El edificio es fruto del amor y la devoción que don Justo inició en 1961 como se dio a conocer localmente cuando una tuberculosis le obligó a dejar la clausura trapense en un monasterio de Soria.
Durante su recuperación, regresó a su pueblo natal, donde inició su extraordinario proyecto dedicado a la Virgen del Pilar.
«Paso a paso, con los recursos de mi propia familia, he ido construyendo este edificio», escribió Don Just en un cartel colocado en la entrada de la catedral explicando su proyecto a los visitantes. «El edificio no tiene planos ni planos oficiales. Todo está en mi cabeza. No soy arquitecto, no soy albañil y no tengo formación en arquitectura».
Es esta falta de experiencia técnica lo que significa que el destino del edificio es incierto. Construido sin permiso de planificación y sin las normas de construcción estándar, pocos pensaron que sobreviviría sin su creador.
Don Justo había tratado de legarlo a la Iglesia Católica, pero ésta se negó repetidamente a aceptarlo.
Pero cuando la salud de Don Justo se deterioró, sucedió un milagro. El 9 de noviembre, todo el complejo -cuatro cúpulas rebeldes- fue declarado estructuralmente sólido, allanando el camino para la solicitud del ayuntamiento de declararlo Bien de Interés Cultural (Bienes con Valor Cultural).
También tiene un nuevo abanderado, el inconformista cura madrileño Ángel García Rodríguez, conocido por sus innovadores proyectos para los sin techo y los oprimidos de la capital.
Mensajeros de la Paz, una organización benéfica dirigida por el Padre Angel, ahora supervisará el sitio y planea convertirlo en un espacio abierto de múltiples religiones dedicado a ayudar a los necesitados.
«Ya hay demasiadas catedrales e iglesias, ya veces la gente anda corta», ha dicho el padre Ángel, que ha convertido la iglesia de San Antón en la madrileña Chueca en un faro para los necesitados.
«No será una catedral típica, sino un centro social donde la gente puede venir a orar o tener problemas», dijo.
Lea también: