España

El gobierno central de España se mueve después de que la región promete medidas contra el aborto

Una extraña disputa sobre las medidas de aborto ha provocado una crisis en el gobierno regional de Castilla y León y arrastró al gobierno central en Madrid.

Todo comenzó el jueves pasado, cuando el partido de extrema derecha Vox -el socio menor del gobierno- anunció un nuevo pacto para las mujeres embarazadas del norte que quieren interrumpir sus embarazos.

A partir del lunes, las mujeres deben tener la oportunidad de escuchar los latidos del corazón del feto y someterse a una ecografía 4D antes de interrumpir un embarazo, según ha anunciado el viceprimer ministro de Vox, Juan García-Gallardo.

Pero los planes han llevado a una ruptura entre Gallardo y el conservador Partido Popular (PP), un grupo de alto nivel en la coalición.

El presidente regional, Alfonso Fernández Mañueco, emitió un comunicado público el lunes en el que negó cualquier cambio en el acuerdo sobre el aborto o cualquier acción que pudiera interpretarse como «coerción» para evitar que las mujeres interrumpieran sus embarazos.

Bajo el sistema descentralizado de España, cada región es responsable de su propio sistema de salud. Sin embargo, las leyes que cubren el derecho al aborto son nacionales.

Aún más extraño, no hay documentos sobre el acuerdo, aunque Vox insiste en que entrará en vigor el lunes.

Eso no ha impedido que el gobierno central tome medidas. El martes, el gobierno del presidente del Gobierno del Partido Socialista (PSOE), Pedro Sánchez, dio el primer paso al llevar el asunto al Tribunal Constitucional.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.Fotos de noticias de cordón

El gobierno central, compuesto por el PSOE y el socio menor Unidas Podemos, ha hecho de los derechos de las mujeres uno de sus puntos clave de política y está decidido a evitar cualquier retroceso que vea.

El gabinete aprobó hoy un acuerdo que pide a las autoridades locales que se abstengan de «cualquier acción que viole o socave» las leyes sobre despidos.

El distrito ahora tiene un mes para responder, de lo contrario, el caso de «choque de poder» será remitido a la Corte Constitucional. Cuando esto sucede, las medidas correspondientes se suspenden automáticamente por seis meses.

Pero las «medidas en cuestión» aún no están sobre el papel. De hecho, el presidente del Gobierno autonómico, Mañueco, escribió a Sánchez de forma explícita acusando al presidente del Gobierno de utilizar el tema con «propaganda».

acuerdo conjunto

Mientras tanto, el secretario general de Vox, Ignacio Garriga, amenazó este martes con que el distrito revisaría el acuerdo de coalición entre el PP y Vox si los conservadores no cumplían su promesa de aprobar un nuevo pacto por el aborto.

El líder nacional del PP, Alberto Núñez Feijoo, se sumó a Mañueco para insistir en que «la Junta de Castilla y León no revisará su protocolo para el tratamiento de las mujeres embarazadas».

Independientemente del resultado de la disputa entre los partidos de derecha, el incidente le dio al PSOE una razón para atacar al gobierno local, el único en España actualmente gobernado por una coalición de derecha y extrema derecha.

Según los sondeos previos a las elecciones generales del próximo año, es probable que la coalición PP-Vox sea una de las opciones sobre la mesa si el resultado no es concluyente.

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