La mala gestión del concejo podría derivar en el cierre del tramo Aguamarina del Paseo Costero
Hace seis años hubo una gran alegría entre la población y los veraneantes locales cuando se inauguró el tramo de la Pasarela de Cabo Roig entre Aguamarina y la playa de La Caleta. Solo los vecinos de la urbanización Bellavista protestaron contra la mudanza, ya que la ruta pasaba por sus propiedades.
El Ayuntamiento de Orihuela llevó a cabo el derribo de la muralla privada que los vecinos de la urbanización habían construido en ambos extremos – hasta este punto el camino era privado y solo servía a los 52 propietarios.
En mayo de 2017, el servicio costero de la provincia anunció que el terreno en Aguamarina está afectado por un derecho de vía y que los vecinos no pudieron cerrarlo y tuvieron que dejar el paso libre.
Ahora parece que los cientos de personas que cada día recorren el sendero frente a la urbanización Bellavista se verían obligados a tomar el desvío de dos kilómetros para cruzar el único tramo de 60 metros de largo junto al mar, como ocurría antes. 2015.
Mientras tanto, los vecinos de Bellavista han continuado con su caso y ahora, tras tres decisiones judiciales, la última del Tribunal Supremo de la Comunidad Valenciana (TSJCV), los jueces parecen estar de acuerdo con los vecinos y reclaman la reconstrucción del muro privado. porque su demolición por el ayuntamiento fue ilegal.
A su juicio, destacaron la mala gestión del consistorio en este asunto, «ya que el gobierno local tuvo tiempo más que suficiente para iniciar los actos de expropiación».
A la luz de esta última sentencia, el ayuntamiento ha recurrido en casación ante el Tribunal Supremo, aunque el propio abogado del ayuntamiento reconoce que las posibilidades de aprobación están “ciertamente muy lejos”.
Por ello, el Ayuntamiento les pide que inicien «inmediatamente» la adquisición de la tierra mediante expropiación.
Los propietarios en cuestión encargaron los valores de expropiación en 2019 a una oficina de ingeniería y urbanismo, que estimaron en 700.000 euros, una suma desproporcionada para el ayuntamiento, que propuso construir una continuación de la acera directamente junto al mar, pero por debajo del Manera que les pertenece. Sin embargo, este es un proyecto que Costas rechaza.
Los vecinos de Bellavista se quejan de que sus viviendas se han devaluado en un 20% porque ya no pueden disfrutar de la vista al mar sin que el público pase por los jardines de sus casas con regularidad. Como tal, el consistorio debe repensar el valor de la expropiación, sentarse con los residentes y negociar un precio justo.