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Por qué la confianza estratégica sigue siendo importante

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En el 12º Diálogo Shangri-La en 2013, el entonces primer ministro vietnamita, Nguyen Tan Dung, pidió apasionadamente a todos los países que establecieran una confianza mutua estratégica, enfatizando que “Si se pierde la confianza, se pierde todo.«. En muchos sentidos, el discurso de apertura muy popularporque aborda directamente una de las cuestiones más apremiantes que preocupan a todos los países de la región.

Han pasado diez años y la situación en el Mar Meridional de China se ha complicado.Aunque la competencia entre superpotencias sigue siendo feroz algunos esfuerzos esporádicos para evitar que la situación se salga de control.En medio de advertencias sobre una posible «trampa de Tucídides», algunos temen que pueda estallar un conflicto por Taiwán Tan pronto como 2025, dado que tal escenario militar involucraría casi con certeza a una importante potencia nuclear, sería un desastre absoluto. Al mismo tiempo, la proliferación nuclear sigue siendo una amenaza potencial a medida que las naciones continúan participando en una carrera armamentista.

Está claro, sin embargo, que resolver los desafíos globales más difíciles de hoy, desde combatir el cambio climático hasta regular las tecnologías emergentes, requerirá una cooperación significativa entre las principales potencias. Además, Estados Unidos, China y Rusia entienden que no pueden desear que sus oponentes se vayan.

Por eso la confianza estratégica es tan importante. La disuasión, si bien es necesaria, no puede lograr una estabilidad real a largo plazo. Sólo construyendo confianza estratégica los países podrán sobrevivir a las complejidades de la geopolítica moderna y al mismo tiempo evitar guerras catastróficas.

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Confianza estratégica: qué es y por qué importa

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El realismo, como paradigma dominante de las relaciones internacionales, a menudo ignora la importancia de la confianza estratégica. Algunos sostienen que en un sistema internacional anárquico los Estados no pueden permitirse el lujo de la confianza. En cambio, reina el interés propio y se insta a los Estados a mantener el secreto para que no se explote su transparencia y honestidad. Si bien hay algo de verdad en esta opinión, ignora el hecho de que la confianza estratégica es en sí misma una estrategia de supervivencia.

En una era de amenazas existenciales sin fronteras, como el cambio climático, las pandemias y la proliferación nuclear, los Estados descubren cada vez más que la supervivencia requiere más que la disuasión y el equilibrio de poder. Requiere la capacidad de construir relaciones estables y predecibles con otros países. Para Vietnam, la confianza estratégica no es sólo una serie de promesas verbales; Se trata de un marco de múltiples niveles que requiere transparencia, sinceridad y medidas concretas. Requiere esfuerzos para hacer que el comportamiento del Estado sea más comprensible y predecible, reduciendo así el riesgo de malentendidos. La confianza estratégica proporciona un mecanismo adicional en un mundo sin una autoridad central para moderar las tendencias destructivas de la política de poder al hacer que el comportamiento del Estado sea más predecible y reducir el riesgo de errores de cálculo catastróficos.

Se podría argumentar que la existencia misma y el éxito de instituciones internacionales como las Naciones Unidas encarnan esta forma de confianza. Las Naciones Unidas y muchas otras instituciones se basan en el principio de que la cooperación a menudo supera los beneficios de la acción unilateral, proporcionando un marco dentro del cual los estados pueden comprometerse diplomáticamente. Aquí, la confianza estratégica se materializa en un entendimiento implícito de que, en la mayoría de las circunstancias, los Estados respetarán la soberanía de los demás y se comportarán de una manera que beneficie a la comunidad internacional, incluso si el interés propio inmediato puede indicar lo contrario.

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Pero la eficacia de la confianza estratégica es más obvia en el ámbito regional, y la ASEAN es un ejemplo. La «vía ASEAN», que se basa en consultas y consensos, ha sido criticada por ser ineficaz. Sin embargo, su existencia es un testimonio de la capacidad de la ASEAN para establecer normas. La ASEAN ha logrado cerrar la brecha entre países tan diversos como Indonesia, con una población de casi 2.500 millones, y Brunei, con una población de menos de 500.000. Como defensora del derecho internacional y el multilateralismo, la ASEAN está comprometida a crear un foro para el diálogo regional y la resolución de conflictos, transformando con éxito el Sudeste Asiático de un campo de batalla de la Guerra Fría a una región caracterizada por la paz y una creciente integración.

Recientemente, la importancia de la confianza mutua estratégica se ha vuelto a reflejar en la transformación de las relaciones entre Estados Unidos y Vietnam. La relación entre los dos países alguna vez estuvo llena de hostilidad y conflicto, pero ahora se ha convertido en una asociación estratégica integral que ha superado todas las dificultades. Esta dramática transformación puede atribuirse a un proceso cuidadoso y reflexivo de cultivar la confianza estratégica, construida sobre principios clave que ambos países aprecian. Estos incluyen el respeto mutuo por la independencia, la soberanía, la integridad territorial y las instituciones políticas de cada país, así como un compromiso conjunto para abordar el legado de la guerra. Estos principios no son sólo retórica, sino que se ponen en práctica a través de una variedad de medidas concretas: fortalecimiento de los acuerdos comerciales, intercambios educativos en todos los niveles y cooperación en materia de defensa. Por lo tanto, la relación entre Estados Unidos y Vietnam es un modelo de cómo la confianza estratégica puede convertir a adversarios potenciales en socios.

Por lo tanto, la confianza estratégica, lejos del pensamiento idealista, es un antídoto necesario contra la complejidad y la interdependencia del mundo moderno. No niega el interés propio, sino que más bien lo complementa, permitiendo a los países transformar lentamente escenarios de suma cero en resultados de suma positiva.

El declive de la confianza estratégica

La disminución de la confianza mutua estratégica en la última década es a la vez causa y síntoma del desordenado entorno internacional. Una de las manifestaciones más llamativas de este declive es la retirada de algunas potencias importantes de acuerdos internacionales clave. La retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán y del acuerdo climático de París no sólo desmanteló mecanismos diplomáticos concretos, sino que también socavó la confianza básica que sustenta la cooperación internacional. Estos no son incidentes aislados: la terminación en 2019 del Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio entre Estados Unidos y Rusia fue otro clavo en el ataúd de la confianza mutua. Estos retiros son parte de una tendencia más amplia y preocupante: las crecientes dudas de que los compromisos internacionales puedan servir como marcos confiables para la cooperación.

En el campo económico, la guerra comercial entre China y Estados Unidos es un ejemplo sorprendente de cómo el deterioro de la confianza mutua estratégica puede tener efectos en cadena. La escalada de aranceles en la era Trump no es solo una táctica táctica sino también una manifestación de una desconfianza profundamente arraigada, que afecta no sólo las relaciones bilaterales sino también la estabilidad económica global. La confianza es una víctima silenciosa porque las acciones de ambas partes se interpretan como señales de intenciones nefastas y deliberadas de suma cero. El conflicto económico se ha convertido en un canal para expresar desconfianza geopolítica, lo que complica abordar otros desafíos compartidos como el cambio climático y la salud pública.

La disminución de la confianza mutua estratégica en la región del Indo-Pacífico ha ensombrecido la estabilidad regional. La militarización del Mar de China Meridional y la despiadada campaña de recuperación de tierras de China, a menudo respaldada por tácticas de “zona gris”, ilustran las crecientes dudas entre los países involucrados sobre el compromiso declarado de cada uno con una solución pacífica. Del mismo modo, el Quad ha recibido más atención después de un comienzo inestable a medida que algunos países se vuelven más cautelosos ante las ambiciones regionales de China. Incidentes específicos como los enfrentamientos fronterizos entre China e India en 2020 han aumentado los niveles de desconfianza, incluso si existen mecanismos diplomáticos claros para evitar que tales incidentes ocurran.

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Más allá de estos ejemplos específicos, se siguen acumulando pruebas de una confianza estratégica cada vez menor. Las nuevas iniciativas globales de China fuera de los acuerdos actuales, como la Iniciativa de Seguridad Global (GSI), así como el impulso de Arabia Saudita para firmar un pacto de defensa con Estados Unidos y el estallido del conflicto en Ucrania el año pasado, todos apuntan a una ruptura. sistema. Por desconfianza. Por lo tanto, la disminución de la confianza estratégica no es sólo una cuestión académica; Tiene implicaciones concretas y peligrosas. Nos guste o no, los líderes deben encontrar formas de reconstruir este sentido vital de confianza estratégica.

Reconstruir la confianza estratégica: de forma lenta pero segura

La buena noticia es que la confianza estratégica no es una cantidad fija; Se puede reavivar, aunque requiere tiempo y esfuerzos concertados. El primer paso para reconstruir la confianza estratégica consiste en respetar y adherirse a los principios universalmente aceptados del derecho internacional. Defender el estado de derecho, ya sea en cuestiones comerciales o de seguridad, no es sólo un ideal noble sino también una necesidad práctica.

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En segundo lugar, se necesita un compromiso renovado con instituciones y mecanismos multilaterales como las Naciones Unidas, la Unión Europea y la ASEAN. Estas instituciones y acuerdos están destinados a ser más que simples “palabras vacías”. En el mejor de los casos, pueden servir como resultado y catalizador de la confianza estratégica. Tomemos como ejemplo el papel de la ASEAN en el sudeste asiático. La organización es un ejemplo sorprendente de lo que se puede lograr mediante el diálogo sostenido, la colaboración y un sentido de destino compartido. La decisión de admitir a Vietnam en 1995 no fue una rutina. Más bien, marcó un momento decisivo para la ASEAN, un grupo que inicialmente se mostró escéptico respecto de las inclinaciones ideológicas y los vínculos geopolíticos de Vietnam. Por tanto, este nombramiento es una profunda afirmación de la confianza mutua estratégica en la región. Señala la voluntad de la ASEAN de superar las reservas históricas y las diferencias ideológicas y buscar una comunidad del Sudeste Asiático más integrada.

Otro aspecto importante es la rendición de cuentas. La confianza se basa en la creencia de que un país cumplirá sus compromisos y asumirá las responsabilidades asociadas con su estatus e influencia. Las grandes potencias deberían tomar la iniciativa en comportarse responsablemente, adoptando medidas que no sólo sean coherentes con las normas generalmente aceptadas sino que también proporcionen bienes públicos, como el fortalecimiento de las normas y el derecho internacional que sustentan la estabilidad del sistema. Cuando los Estados poderosos actúan responsablemente, puede haber un efecto de goteo que aliente a los Estados más pequeños a confiar no sólo en esos países específicos, sino en el sistema internacional en su conjunto.

Además, para mantener la confianza estratégica, los esfuerzos y compromisos militares deben ser transparentes. El mundo de la defensa suele estar rodeado de secretismo, lo que da lugar a suposiciones y malentendidos que pueden causar estragos en la confianza. La claridad y la apertura de intenciones en asuntos militares no son antitéticas para la seguridad nacional; más bien, la complementan. Por ejemplo, medidas de fomento de la confianza, como zonas de desarme mutuo, aviso previo de ejercicios militares y canales abiertos de comunicación entre líderes militares, pueden contribuir en gran medida a reducir las tensiones y la incertidumbre. La transparencia ayuda a verificar que las acciones de un país son consistentes con sus políticas declaradas públicamente, solidificando así su credibilidad y confiabilidad como socio estratégico.

A medida que el Indo-Pacífico se convierte en un campo de batalla central para la competencia geopolítica, la falta de confianza estratégica no es sólo una cuestión académica sino una cuestión existencial apremiante. En esta compleja red de intereses nacionales, agravios históricos y posturas militares, la falta de creación de confianza estratégica puede desencadenar una cadena de acontecimientos que conduzcan a una escalada involuntaria y a consecuencias potencialmente catastróficas. En un mundo lleno de incertidumbre, la confianza estratégica no es sólo un noble ideal sino una necesidad urgente.Sin confianza estratégica, todo está perdido

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