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Eutanasia: lo que sabemos sobre los suicidios asistidos en el primer año desde su legalización en España

EN el primer aniversario de la introducción de una ley de suicidio asistido en España, echamos un vistazo a los hechos y cifras para ver cuán extendida se ha convertido en una práctica.

España se convirtió en el cuarto país de la Unión Europea en permitir la eutanasia cuando aprobó una ley el 25 de junio de 2021 que permite a las personas con enfermedades ‘graves e incurables’ o una condición que es ‘crónica o incapacitante’ y que causa ‘sufrimiento intolerable’ a pedir ayuda para morir.

Deben cumplirse condiciones estrictas antes de que un paciente pueda optar por poner fin a su vida, incluida la nacionalidad española o la residencia legal y estar «plenamente consciente» cuando solicita el procedimiento.

La solicitud de poner fin a su vida debe presentarse dos veces, con 15 días de diferencia, y debe ser aprobada por un segundo médico y un organismo de evaluación.

Las solicitudes pueden ser rechazadas si no cumplen con los criterios establecidos.

Otra cláusula importante es que los médicos pueden negarse a realizar el procedimiento si su conciencia no lo permite registrándose como ‘objetor de conciencia’ para que el paciente pueda ser derivado a otro médico.

Así que echemos un vistazo a las cifras de los primeros 12 meses desde que entró en vigor.

España ha realizado 159 casos de eutanasia según los datos recogidos por el Ministerio de Sanidad, mientras que 18 solicitudes fueron rechazadas porque los casos no cumplían los criterios.

Actualmente se están examinando otros 43 casos.

La región que realizó el mayor número de solicitudes de eutanasia cumplidas es Cataluña, con 60 personas, muy por encima de la siguiente más alta del País Vasco, que vio 21 casos. Madrid realizó 19 y Valencia, 13.

Entre las regiones con menos se encuentra Extremadura, con un solo caso, y Aragón con tres.

Aunque no todas las regiones informan cuántas solicitudes recibieron, de las que sí lo hicieron, Murcia tuvo la tasa de aceptación más alta con un 80 %, con Galicia en el otro extremo de la escala con un 21 % aceptado, aunque el 79 % sigue en estudio.

Claramente existe discrepancia entre las regiones. Andalucía no puso en marcha su comisión de eutanasia hasta noviembre, mientras que en el País Vasco se llevó a cabo la primera en julio.

Mientras tanto, la disponibilidad difiere de una región a otra.

Madrid tiene una lista de 2.820 médicos registrados como ‘objetores de conciencia’, unas 16 veces el número registrado en Catalunya, lo que dificulta mucho el acceso al suicidio asistido en la capital.

María Jesús del Yerro Álvarez, presidenta de la comisión de eutanasia de Madrid, dijo al diario español El Mundo que los objetores de conciencia ‘han sido el principal obstáculo para que los pacientes ejerzan su derecho a pedir ayuda para morir’.

El presidente de la comisión de eutanasia de Catalunya, Albert Tuca, dijo que las solicitudes más comunes para el procedimiento provienen de pacientes con enfermedades neurodegenerativas como la esclerosis múltiple o la demencia, seguidas de enfermedades oncológicas como el cáncer.

Sin embargo, esta tendencia era de esperarse en el primer año en que se otorgó el derecho, dado que estas personas muchas veces han vivido con los efectos de sus enfermedades durante muchos años.

Se espera que una vez que la ley esté más tiempo en vigor, la mayoría de las personas que soliciten la eutanasia serán pacientes con cáncer terminal, como es el caso en otros países donde es legal.

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